martes, 21 de octubre de 2008

Trascendencia desapercibida, 50 años del origen de la computadora

Hoy escribo éste blog desde una computadora portátil, 1GB de RAM, 60 GB de Disco Duro (HDD) pantalla de 12" con 16 millones de colores, o algo así. Claro no soy el único, hay más de mil millones de computadoras en todo el mundo. Es díficil concebir el funcionamiento del mundo sin ellas, recuerden que a finales de 1999 el mundo hasta iba a colapsar por las posibles fallas del fin del milenio.

La computadora para nosotros y sobretodo para nuestros hijos son parte intrínseca de la vida y de los negocios, sin embargo muy pocos se detienen a pensar como inició y el rápido evolucionamiento de la tecnología que hoy dicta nuestras vidas.

Hace 50 años William (Willy) Adolf Higginbotham expuso por primera vez el Tennis for Two, que consistía en un osciloscopio, un instrumento de medición electrónico para la representación gráfica de señales eléctricas, con un par de controles conectados.

Mucho antes de la era de las consolas, la gente esperaba haciendo cola para jugar a esta novedad. Dos personas podían jugar con controles conectados a una computadora análoga, que usaba el osciloscopio como pantalla.

La idea era que las personas miraran, en algo parecido a un televisor blanco y negro, un punto brillante que se movía de un lado para otro. Los controles con botones y mandos que rotaban permitían mover a la supuesta raqueta virtual. Lejos de lo que hoy permite la Wii o el PlayStation, sin embargo en éste juego era posible elegir uno de los dos lados para jugar, definir la altura de la red y hasta la longitud de la cancha. Y no se trataba de que la pelota pasara siempre, sino que hasta podía quedarse en la red si el saque no era bueno. El éxito fue inmediato y comenzó la evolución de una Industria que vale miles de millones de USD al año y el desarrollo de lo que hoy está al frente de más de mil millones de escritorios.

Increiblemente Higginbotham participó del desarrollo de la Bomba Atómica, para luego convertirse en un ferviente activista antinuclear, es impensable el poder creativo del ser humano que como éste, fue capáz de desarrollar el invento más destructivo del que se tenga memoria y unos años después sentar las bases para el invento que marca nuestra sociedad y lo hará por los siglos que vengan.

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